Las ventas de automóviles en la Unión Europea (UE) experimentaron en marzo una caída del 5.2% respecto al año pasado, lo que supone el mayor descenso desde julio de 2022 y el primero de este año, según ha informado la Asociación de Constructores Europeos de Automóviles (ACEA).
El descenso afectó a mercados clave, como Alemania (-6,2%), España (-4,7%), Italia (-3,7%) y Francia (-1,5%). La caída se atribuye a la desaceleración del mercado y a la coincidencia con las vacaciones de Semana Santa, que repercutieron negativamente en las ventas.
En marzo, dentro de la industria automovilística, que genera 392.200 millones de euros en ingresos fiscales para los gobiernos europeos, también se produjo un cambio en las preferencias por el tipo de coche.
La cuota de los coches eléctricos de batería bajó al 13% desde el 13,9% del año pasado, mientras que la de los híbridos eléctricos subió al 29% desde el 24,4%. La cuota combinada de gasolina y gasóleo cayó del 51,8% al 47,8%.
Un primer trimestre esperanzador
El primer trimestre de 2024 se cerró con un total de 332.999 nuevos coches eléctricos de batería matriculados, lo que supone un ligero aumento del 3,8% respecto al mismo trimestre del año anterior.
Los retos asociados a los vehículos eléctricos incluyen los altos costes y la inadecuada infraestructura de recarga.
Un coche eléctrico vale el doble que uno convencional
Según estudios de Jato Dynamics, el precio medio de venta de un coche eléctrico en Europa es de unos 65.000 euros, aproximadamente el doble que el de los modelos más tradicionales.
«A pesar del notable cambio hacia los vehículos eléctricos, muchos consumidores europeos no están preparados para abandonar los coches de combustión interna.
Mientras vemos un claro descenso en la demanda de modelos diésel, los conductores están optando por alternativas de gasolina, en lugar de cambiar a la electricidad», dijo el analista global de JATO Dynamics, Felipe Muñoz.