Bolivia: Los obstáculos para migrar hacia la electromovilidad

Migrar hacia la electromovilidad. La crisis de los carburantes en Bolivia tiene dos soluciones estructurales. Ambas pretenden disminuir la demanda de los combustibles líquidos. Así lo señala el analista Francesco Zaratti, en una reciente columna.

El especialista señala que la primera es convertir a GNV (Gas Natural Vehicular) los autos con motor a gasolina. El obstáculo de esta conversión para el usuario y el Estado ha sido ya demostrada. “Vender barato para comprar caro», afirmó.

En tanto, la otra solución es la electromovilidad. «La conveniencia económica de un vehículo 100 % eléctrico, con los costos actuales de la energía, es evidente si comparamos el consumo para recorrer 400 km (40 litros de gasolina en ciudad) con su equivalente eléctrico (45 KW-h). Los 40 litros de gasolina (la más económica) representan 150 Bs, mientras que el costo equivalente de la energía eléctrica (con tarifa doméstica) no llega a 60 Bs: un ahorro de Bs 90 por carga (y de filas en los surtidores) para el usuario y de 336 Bs para el Estado por esa gasolina que se deja de importar», dijo.

Pero ¿por qué Bolivia no puede migrar hacia la electromovilidad?

Principalmente, no existe una política clara de transición energética. Hay una notoria incomprensión de las implicaciones de esa política (que es una urgente, no opcional). Se ha reducido a rebajas de aranceles aduaneros que no llegan a disminuir los precios elevados de los coches eléctricos, señaló Zaratti.

«Esa política va desde la generación eléctrica masiva con fuentes de energías renovables (hídrica y solar), a un plan financiero para incentivar el cambio hacia la electromovilidad, pasando por la infraestructura para facilitar la transición, con un enfoque no estatista, sino abierto a la iniciativa privada», dijo.

Los obstáculos para migrar a la electromovilidad

Zaratti contó que recientemente quiso adquirir un auto eléctrico. Sin embargo, concluyó que lograrlo es una carrera de obstáculos.

Precio prohibitivo: Casi un 100 % más que el equivalente a gasolina. Eso se debe básicamente a la economía de escala y a la falta de incentivos reales.

Financiación de la compra: Algunos bancos ofrecen condiciones interesantes (crédito en bolivianos a ocho años con intereses fijos). Pero no se contempla el reciclaje del auto a gasolina que uno deja de usar.

«Si hubiera un programa para recibir el coche a gasolina como cuota inicial, el crédito se pagaría solo, con el ahorro de la energía, especialmente en vehículos de servicio público o de uso intensivo», indicó.

Seguros e impuestos: El precio elevado tiene su impacto en el costo del seguro y en los impuestos. Sin embargo, se han anunciado incentivos durante los tres primeros años.

La recarga: para una vivienda, el coche 100 % eléctrico viene con un inversor de corriente alterna a continua y el enchufe especial de carga. Sin embargo, «si vive en un edificio, debe buscar un enchufe cerca de su parqueo (cuando cada estacionamiento debería tener uno) y colocar un medidor certificado (a sus expensas), el inversor y el enchufe de carga. Eso mientras se pueda aplicar la tarifa doméstica. Y ni qué decir de la precaria infraestructura de recarga en los espacios públicos (electrolineras)», destacó.

Para finalizar, señaló que hacen falta empresarios que inviertan. Así como un Estado que deje de actuar como “perro del hortelano” para promover el uso de los autos eléctricos.