Brasil: Sindicatos ven desafíos y oportunidades en sector de vehículos eléctricos

Los vehículos eléctricos se expandieron rápidamente en Brasil. Sobre todo los chinos. Debido a ello, la industria automotriz de dicho país se está transformando. Lo cual implica ciertas repercusiones sobre los trabajadores y las cadenas de producción. Así lo señalan los sindicalistas brasileños del sector.

En ese panorama, la cuota de vehículos eléctricos e híbridos entre las nuevas matriculaciones creció del 4 %, entre enero y octubre de 2023, al 7 %, en el mismo periodo de 2024. Así lo señala la Asociación Nacional de Fabricantes de Vehículos a Motor (Anfavea).

Los vehículos eléctricos se importan a Brasil. Sin embargo, los fabricantes de automóviles que invirtieron en la producción dentro del país son muchos. Además de marcas establecidas como Volkswagen y Toyota, las chinas Build Your Dreams (BYD) y Great Wall Motors (GWM) se disponen a abrir fábricas en Brasil.

¿Qué plantean los sindicatos?

Así, en el 2021, GWM adquirió una planta propiedad de Mercedes-Benz en Iracemápolis, en el estado de São Paulo. Allí pretende fabricar vehículos híbridos en 2025. En tanto, en 2023, BYD compró una fábrica que Ford había explotado durante dos décadas en Camaçari, en el estado nororiental de Bahía. Allí también tiene previsto iniciar la producción este año. Sin embargo, su construcción se ha suspendido tras las recientes denuncias sobre las malas condiciones laborales de trabajadores que participaban en el proyecto.

La fabricación de vehículos electrificados depende de muchos componentes importados. Asimismo, utiliza menos piezas que los modelos con motor de combustión y requiere competencias específicas. Las empresas chinas prometen miles de nuevos puestos de trabajo en Brasil. Sin embargo, los sindicatos de la industria automovilística tradicional expresan su preocupación.

Como garantía de una transición energética que no excluya a quienes trabajan en la industria, los sindicatos en Brasil afirman que las empresas deben hacerse cargo de la cadena de producción e invertir en la reconversión de sus trabajadores.

“Exigimos que los procesos de producción garanticen los puestos de trabajo y el desarrollo de las tecnologías [EV] en Brasil. Si no, vamos a destruir nuestras fábricas”, dijo Aroaldo Silva, presidente de IndustriALL-Brasil. Esta organización agrupa a dos federaciones sindicales nacionales, CUT y Força Sindical. Representando a diez millones de trabajadores del sector manufacturero.

En tanto, los sindicalistas de las ciudades que recibirán las nuevas instalaciones se muestran optimistas. Júlio Bonfim, presidente del Sindicato de Metalúrgicos de Camaçari, afirma que “Hay grandes expectativas”.

Según Bonfim, la estimación inicial de BYD era producir 50.000 coches al año. Generando 3000 puestos de trabajo. Luego, las previsiones aumentaron a 5000 empleos. Y. seguidamente, a 10 000, acompañados de una producción anual de 300.000 vehículos. “Esto es lo que producimos en el pico de Ford [en Camaçari] entre 2008 y 2009”, indicó Bonfim.

BYD

Quiere convertir Camaçari en un centro para atraer a proveedores de toda la cadena de producción de vehículos eléctricos, incluidas piezas y accesorios. Promete establecer en la ciudad la primera unidad de producción de baterías de litio para vehículos eléctricos de la empresa fuera de Asia, con un inicio de producción inicialmente previsto para este año.

GWM

Prevé crear 700 puestos de trabajo. Así como producir 50 000 vehículos al año en un plazo de tres años. La planta de Iracemápolis producirá componentes como neumáticos, lunas, ruedas, asientos y mazos de cables. La empresa afirma que su objetivo es lograr que el 60 % de estos artículos se produzcan en Brasil en ese mismo periodo, para después iniciar las exportaciones a otros países latinoamericanos.