Los pasajeros de las líneas aéreas pronto podrán acomodarse en asientos confeccionados con pieles de cactus y redes de pesca abandonadas, pues el mundo de la aviación trata por todos los medios de convertirse en un modo de transporte más sostenible.
Unos nuevos asientos para la clase turista del fabricante germano Recaro Aircraft Seating GmbH cuentan con espuma reciclada procedente de colchones usados y reposabrazos compuestos de madera de corcho. La parte trasera incluye un bolsillo fabricado con malla de una red de pesca.
Durante una entrevista en el Salón Aeronáutico de Singapur, Mark Miller, CEO de Recaro, explicó que el asiento estaría disponible comercialmente este año y que se prevé que sus primeras entregas se efectúen a más tardar para el próximo año. No obstante, quedan por certificar ciertos componentes.
En tanto, las compañías aéreas se apresuran a lograr su meta de neutralidad en emisiones de carbono para el año 2050, mientras aumenta la presión gubernamental para que recorten las emisiones con mayor celeridad.
Con asientos elaborados a partir de materiales reutilizados, las aerolíneas pueden dar visibilidad a sus aspiraciones medioambientales.
La piel de cactus ha surgido como una alternativa al plástico o al cuero animal. Uno de los otros requisitos de diseño de la silla era asegurarse de que no fuera más pesada que un asiento normal para que no aumentara el consumo de combustible del avión.
«De lo contrario no ayudará», dijo Hiller. «Las piezas deben tener el mismo peso, o incluso menos que las piezas tradicionales», agregó.
Dato
Los desafíos de sostenibilidad de la aviación dominaron el Salín Aeronáutico de Singapur esta semana. Pero la herramienta de reducción de emisiones más poderosa en el transporte aéreo es el combustible, que ahora empieza a a presentar alternativas elaboradas a partir de aceites usados o materias primas agrícolas. No obstante, el suministro representa apenas el 1% de las necesidades totales.