Investigadores de la Universidad Tecnológica de Chalmers, en Suecia, descubrieron que las baterías de iones de sodio tienen un impacto climático equivalente al de sus contrapartes de iones de litio, sin el riesgo de quedarse sin materias primas.
«Las baterías de iones de litio se están convirtiendo en una tecnología dominante en el mundo, especialmente cuando se trata de transporte. Pero el litio plantea un cuello de botella. No se pueden producir baterías a base de litio en al mismo ritmo que se quiere producir autos eléctricos, y los depósitos de minerales corren el riesgo de agotarse a largo plazo», dijo Rickard Arvidsson, profesor asociado de análisis de sistemas medioambientales en Chalmers y líder de la investigación.
En esa línea, precisó que los materiales críticos para las baterías como el litio y el cobalto, se extraen en gran medida en unos pocos lugares del mundo, lo que supone un riesgo para el suministro.
Tecnología prometedora
El desarrollo de nuevas tecnologías de baterías avanza rápidamente en la búsqueda de la próxima generación de almacenamiento de energía sostenible. Bajo esa premisa, el equipo de investigación de Chalmers optó por analizar las baterías de iones de sodio, una sustancia muy común que se encuentra en el cloruro de sodio en lugar de litio
«Llegamos a la conclusión de que las baterías de iones de sodio son mucho mejores que las de iones de litio en términos de impacto sobre la escasez de recursos minerales, y equivalentes en términos de impacto climático.
Los investigadores también identificaron una serie de medidas con potencial para reducir aún más el impacto climático, como el desarrollo de un electrolito ambientalmente mejor, ya que representaba una gran parte del impacto total de la batería.