En la actualidad, la eficiencia energética se ha convertido en un aspecto vital para las empresas. La necesidad de reducir los costes de energía, sin alterar la productividad y minimizar el impacto ambiental, ha llevado a una mayor concienciación de la eficiencia energética. Por ello, es primordial implementar estrategias efectivas para que las empresas puedan optimizar su consumo energético y reducir la huella de carbono. Las fases por las que se debe de empezar son: Realizar una auditoría energética. Se trata de una evaluación exhaustiva del gasto de energía en una empresa. Se pueden identificar oportunidades de mejora en áreas como iluminación, ventilación, climatización, así como en el uso y mantenimiento de maquinaria y equipos. También es conveniente revisar la tarifa de electricidad y/o gas, con el fin de garantizar que se adapta a las necesidades del negocio y no hay un exceso de potencia.
Actualizar los equipos. Una vez identificadas las áreas donde no se optimiza la energía, se pueden tomar medidas y definir un plan de ahorro. Se deberá valorar si es necesario renovar los equipos por modelos más eficientes, aquellos que estén certificados con la etiqueta clase A de ahorro energético.
Integrar sistemas de energía renovable Una de las opciones más rentables a medio y largo plazo es la utilización de energía solar, mediante la instalación de tejados solares o paneles fotovoltaicos. Se trata de un sistema que requiere muy poco mantenimiento y suele tener una vida útil de más de 30 años, que además proyecta una imagen innovadora y cumple con los objetivos de sostenibilidad.
Jofel Carregui, Director General de Energer, recomienda a las empresas “plantearse la autosuficiencia mediante la producción de energía fotovoltaica dentro de sus instalaciones o próxima al punto de consumo. El primer paso es realizar un estudio de las curvas de consumo y, en base a este, diseñar la instalación más óptima en cada caso».
Fomentar una cultura de eficiencia energética Promover el ahorro y concienciar a la plantilla es fundamental para alcanzar la eficiencia energética. Los empleados deben velar por un consumo responsable y ser parte activa en ese objetivo. Para ello, se recomienda realizar campañas divulgativas e informativas, para que el trabajador entienda y respete las políticas del buen uso de la energía.
Monitorear el consumo de energía. El control del consumo de energía resulta muy útil para identificar patrones de consumo y oportunidades de mejora. Es conveniente realizar periódicamente el seguimiento del gasto energético en busca de anomalías, sobretensiones, excesos de potencia, averías en las instalaciones… Todo ello con la misión de obtener los mejores resultados en la actividad, empleando la menor cantidad posible de recursos.
«En definitiva, la eficiencia energética es clave en el éxito de cualquier empresa, especialmente en el momento de crisis actual. Reducir el gasto energético supone un ahorro económico, un aumento de la productividad y la protección del medio ambiente», concluye el responsable de Energer.