Barcelona cuenta con una gran experiencia en la instalación de estaciones de carga para vehículos eléctricos en la vía pública, y los datos lo demuestran que recientemente la ciudad alcanzó su punto número 1000, convirtiéndose así en la red de carga más grande de España.
En el marco del Evectra Day , el ayuntamiento brindó una serie de advertencias y recomendaciones estratégicas que los gobiernos latinoamericanos deberían tener en cuenta a la hora de invertir en infraestructura de carga en la vía pública.
“Desde el principio nuestra tesis fue ofrecer una cobertura extensa en toda la ciudad. Queríamos tener un punto de recarga rápido, de 50 kW, a menos de un km de cualquier ciudadano”, dijo Ángel López, director de Estrategias de Movilidad del ayuntamiento de Barcelona.
En primer lugar, es crucial definir qué papel asumirá la administración local en el impulso de la electromovilidad en la regulación y administración de la infraestructura de carga.
En este punto, López comentó que, si bien en Barcelona lideran el proceso con inversiones públicas, en algún momento necesitarán adoptar la colaboración público-privado.
“Nosotros nos comprometimos a llevar la delantera hasta el 2030. La movilidad eléctrica no tiene modelo de negocio pero sí de interés social y, en ese sentido, la administración local debe comprometerse”, aseveró
Por lo tanto, resulta fundamental comprender que la inversión pública tiene un límite.
En segundo lugar, explicó que es necesario identificar los espacios adecuados para instalar los puntos de carga en función de la distribución eléctrica, los centros de atracción y el flujo vehicular.
La planificación deberá depender de la “idiosincrasia local” y los diferentes tipos de cargas requeridos, como cargas lentas para uso nocturnos o hasta cargas ultrarrápidas para usuarios que están de paso por la ciudad.
“Nosotros instalamos puntos de recarga y, a medida que apareció la demanda, aumentamos la cobertura”, recordó López.
Luego, al otorgar concesiones para la instalación y operación de puntos de carga al “mejor postor”, sugirió que se debe buscar equilibrar los lotes para asegurar una distribución justa entre ubicaciones con alta y baja demanda.
Esto es fundamental para evitar el riesgo de que los operadores monopolicen las ubicaciones más ventajosas y la distribución no sea equitativa.
Aquí, según el director de Estrategias de Movilidad del ayuntamiento de Barcelona, se abren dos caminos: “asumir el liderazgo”, y dejar que la inversión a largo plazo quede a cargo de actores privados, o “plantear las condiciones de la ciudad” y abrir para que diferentes “postores” inviertan.
“La principal advertencia es que hagan su plan, aunque a largo plazo invierta el privado. Realicen asignaciones que equilibren los puntos de recarga que se presumen van a ser buenos con los que tendrán menos demanda”, finaliza sobre las recomendaciones estratégicas de desarrollo.