Los minerales y su extracción son la base de nuestra civilización. Independientemente de lo que se diga sobre el coche eléctrico y los coches de hidrógeno, poseen un índice de contaminación durante su producción muy similar al de cualquier vehículo de combustión interna.
La extracción de tierras raras y metales preciosos es necesaria en muchos componentes mecánicos como las baterías, las pilas de combustible o los catalizadores. Sin embargo, los vehículos de hidrógeno aún no son del todo conocidos, por lo que vamos a explicar cuáles son sus principales compuestos.
Cuando hablamos de pila de combustible, hablamos evidentemente de un coche eléctrico cuyo generador de energía principal está ligado a una reacción química del hidrógeno. Dejamos de lado, por ello, los motores de combustión de hidrógeno de los que hablamos recientemente.
Por otra parte, también obviaremos los materiales necesarios para construir la batería del vehículo, entre los que encontramos manganeso, níquel o cobalto. Todo ello ya entra en la ecuación de este tipo de vehículos, por lo que nos centraremos en la reacción del gas como combustible.
Esencialmente, una pila de combustible de este tipo está formada por un ánodo, un cátodo, una membrana que facilita el traspaso de protones entre ellos y una capa PEM central, que es el centro neurálgico del sistema y de donde se extrae la electricidad.
Si bien, existen un total de hasta cinco tipos diferentes de pilas de combustible según la APPICE (Asociación Española de Pilas de Combustible) que usan diferentes compuestos y operan en márgenes de rendimiento y temperatura diferentes.
Los metales y minerales más usuales en la fabricación de esta tecnología son los que puedes encontrar en la tabla de más abajo, junto a los países con mayor producción del mundo y dicho volumen de producción anual de los minerales más destacados.
Como se puede observar, China y Sudáfrica son algunos de los extractores más importantes de estas materias raras totalmente necesarias para muchas de las combinaciones de construcción de los sistemas de combustible en coches de hidrógeno.
Algo que efectivamente, lleva al mismo problema que con la gasolina, el diésel y los derivados del petróleo: no se trata de compuestos infinitos y su presencia en la tierra va a menos. Mientras algunas compañías y expertos ya apuntan a la minería espacial, está claro que en el futuro la escasez de estos materiales será un problema.
Independientemente del modo de movilidad, no es oro todo lo que reluce y las energías limpias no son necesariamente tanto, a nivel de fabricación y de alimentación.