Mercedes-Benz ha anunciado un plan para lanzar una red mundial de recarga de alta potencia. La compañía alemana tiene previsto, antes de terminar la década, más de 10.000 cargadores de alta potencia y de energía renovable. Empezarán en Norteamérica y seguirán en Europa, China y otros mercados principales. El coste total de la inversión, sólo en la red norteamericana, ascenderá a algo más de 1.000 millones de euros.
La red comenzará a construirse este año en EE.UU. y Canadá, seguida de otras regiones de todo el mundo. El objetivo es que esté completa para 2030, coincidiendo con el momento en el que la marca tiene previsto convertirse en completamente eléctrica.
En cuanto a las características de la red global de alta potencia, según señala la propia compañía: mejorará en gran medida la experiencia de carga de los clientes; acelerará el camino hacia el futuro totalmente eléctrico; y creará un activo de infraestructura con un gran potencial de creación de valor en el futuro.
Los puntos de recarga de Mercedes-Benz estarán ubicados: en ciudades y núcleos urbanos clave; así como cerca de las principales arterias y de los principales puntos de venta y servicio, incluidos los concesionarios Mercedes-Benz participantes.
La compañía cree que este movimiento estratégico mejorará significativamente la facilidad de uso y la comodidad de su nueva generación de vehículos eléctricos; diferenciará la experiencia de propiedad de Mercedes-Benz y acelerará la transformación del vehículo eléctrico.
La red se centrará en primer lugar en los clientes de Mercedes-Benz, que disfrutarán de acceso preferente mediante una función de reserva y otras ventajas. Sin embargo, también estará abierta a los conductores de todas las demás marcas con tecnología compatible. Esta amplia iniciativa, junto con el apoyo continuo a redes compartidas como IONITY, también pretende impulsar la expansión global de la movilidad eléctrica.